jueves, 10 de febrero de 2011

Conciencia

El amor y el odio son los únicos
compromisos viables.
Uno lo conocemos bien;
¿qué sabemos del otro?
El método más común de ser distinto es no ser nada.
En un arrebato de tiempo te arrancaría el alma,
si supiera cuál es mi deseo.
Pero mi alma y mi saber te pertenecen.
Quisimos atrapar la luz
y levantamos nuestro imperio sobre el tiempo y la destrucción.
Luego supimos del lenguaje de los sueños y nuestras ciudades
brillaban como un cáncer observado desde el cosmos.
Pero es la rueca, vieja y mecánica, la que funciona,
célula a célula, combustión a combustión,
mientras aún vemos navegar orgulloso por los cielos al rayo.
El mundo es el efecto colateral
para que tú estés aquí y yo te ame.