sábado, 13 de abril de 2013

Me quejo del espacio.
El espacio es una queja de extraño.
(Sobre la lógica no hay distancia de mí
ni de la posición un instante tomada y
arrebatada por el viaje de los cuerpos –sobra la lógica–)
el momento donde te conocí estaba ahí y no en
este mí mismo, donde estoy no está el momento
donde te conocí ¡conocerte, conocerte, conocerte!)
El espacio es casi un espejo y su reflejo
casi respeto, espeto de esperanza y res.
¿He de hacer caso a esa queja, mujer
maravillosa que dejaste tu maravilla como quien
deja un pañuelo o su blusa deslizados por amor.
Ven, no hagamos caso:
Aquí sentados donde la entonces lluvia
se silba sin atender que nos amamos,
porque alguno que sepa un labio donde otra vez
no pares es una intuición nos hablará de la pausa.