sábado, 7 de abril de 2018

Nada mío

Nada que salvar.
La noche, si poema o si distancia,
será la cura de tu cuerpo que sangra,
será la enfermedad de tu mente que vaga.
Recuerdos, sueños, fantasías, ilusiones,
y mentiras. Nada que salvar.
La noche, el síntoma quizás,
de que nada fue cierto, que el yo,
entre espejo y espejismo, nos
jugó una mala pasada. Que el tú,
iluminando efímeras las cosas, tiembla
como un cielo estrellado, detrás
de la permanente aurora de la ciudad.
Sé tú, libre, real, noche de una vida,
y cuídate la voz cuando amanezca.