Me has robado.
Has raptado de mí lo que te interesaba
y lo has expuesto y te lo han robado
ladrones cotidianos, inclementes.
Y ahora, quién podría ya recuperarse
después de dividido, multiplicado, restado,
si me reconozco en cada tos de primavera.
No me has dejado más remedio que
exigir milenios de perdón.
viernes, 15 de abril de 2011
Pesar de sí mismo
Era nuevo, original, con ese aroma inconfundible a triunfo.
Salieron a celebrarlo, bebieron toda una noche en cualquier bar.
Tanto que se olvidaron de comentárselo a alguien.
Estaban deslumbrados, con las aplicaciones, el potencial, las ópticas posibles.
Reían y soñaban a carcajada limpia
los inventores
del pesimismo.
Salieron a celebrarlo, bebieron toda una noche en cualquier bar.
Tanto que se olvidaron de comentárselo a alguien.
Estaban deslumbrados, con las aplicaciones, el potencial, las ópticas posibles.
Reían y soñaban a carcajada limpia
los inventores
del pesimismo.
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