Dado que la destrucción es segura,
dado que la disgregación es segura,
qué vida en esta seguridad.
Cuando se tiene, hay. Cuanto se pierde, ahoras.
En esta ciudad cercada de tiempos,
murallas de interior,
en este cruce de encuentros y despedidas
-a un lado, el río; al otro, la historia-,
detente, habla, qué quieres decir.
Vivamos. Quedémonos en fuga. Recordemos
el riesgo de haber parado, el riesgo
de haber escrito.
(Glosas a un poema privado, VII)