lunes, 15 de agosto de 2011

Preciosidad

El momento hermoso es un momento cobarde
que nuestro caos dibuja de dolor y de esperanza.
Cualquier precio pagamos para olvidar el valor.
Pero la belleza y la perfección no pueden ser lo mismo,
pues no sería posible una perfecta belleza
y no sería posible una bella perfección.
O sí sería y ese escenario de errores
seríamos tú o yo, juzgándonos
en un amor imposible.
Sedada por su propio acto de sadismo, la belleza
se ensaña con nuestro ser hasta ser nada;
pero siendo su veneno de estorbos precisos
sabotajes resultan saludables.