jueves, 22 de agosto de 2013

Aquel que no te encontraba
no saboreó el perdón de la muerte.
Este que te perdió,
masculla lo que masculla,
bebe con quien bebe,
abre cómplice las puertas del día,
y dice otro, y ama.

Recuerdo de este encuentro

Conocerte ha quedado grabado con letra y frase.
Se ha vuelto templo de arte nunca soñado
en el que vienen a rezar las antiguas costumbres
preparando no sé qué caminos
para los que vendrán y no imaginarán
que estas son las piedras
Dejar de recordarla se me antoja
una pérdida aún más in so-por table.
Pero ella no estaba
hecha de molicie sino de vuelo.
Ahora mi distracción son sus caricias.
Atentamente ignoro los objetos
que en secreto me regala
para mi desobediencia.
Otros apuntan minuciosos
cuáles no son nuestros asuntos.