El tesón no basta para el odio.
Hace falta método. El método
debe estar fundamentado en un estudio
(o varios) realista del funcionamiento
de las emociones, los cuerpos y las cosas
(por supuesto nunca en el deber-ser).
El método bien fundamentado debe desplegarse
sobre el tapete del tiempo para embridar
el devenir con un plan que permita
el tesón, el método, el plan y el estudio.
Además, debe estar compartido, ya que
un buen odio nunca se basta a sí mismo.