martes, 21 de octubre de 2014

Era el encargado de llevar los recados entre el médico y el gnomo. Debía cruzar la ciudad con el mayor secretismo, a sabiendas de los muchos espías que desplegaban con extrañas estrategias. Él mismo disimulaba y en su postura de aprendiz entresacaba con sutiles esfuerzos la extraña relación entre los dos maestros.