Vivimos en el mundo equivocado. Toda esta belleza nos destroza y es tanto el dolor que quisiera detenerme. Pero son caminos abiertos estos rincones en los que gobierna el amor.
Llegados a este punto, somos intercambiables y lo atestigua el valor de nuestras ilusiones y las diferentes grietas que causan en sus dueños.
La importancia es un privilegio de las cosas en las que alguien sembró nuestro amor.