domingo, 21 de octubre de 2012

Le pido a la nada que te trate bien, como las cosas que recuerdo cuando te conocí te trataron.
Carnicero de versos malentendidos.
Sufro como un planeta que cayera hacia el sol y no acabara de hundirse. Oigo a mis sentimientos apasionarse como alegres seres vivos.
Desde la Luna ningún pájaro sabe salir de casa. Desde el centro de tu alma, qué lugar no acaba disparado hacia afuera. Incluso hoy.