miércoles, 7 de diciembre de 2016

Cronotropos

Hoy voy hablar en el lenguaje antiguo,
para que me entendáis si queréis
entenderme o no me entendáis si queréis pensar
en otras cosas.

¡Qué hermosas las flores!
¡Cuán delicada la finura de cada uno
de sus pétalos! Su aroma, ¿quién duda
de la explosión de su fragancia? Sus colores
atesoran todos los matices de la envidia
imaginables. No hay, como en ellas, esencia
más sacrificadamente efímera. Engendradoras
de quienes serán engordados para el apetito 
de los pájaros voraces, de los sucios insectos;
quienes después de ser comidos serán cagados,
y pisoteados y enterrados e inundados,
a la más dura y fría condición del suelo, del barro, de la piedra.
¡Qué hermosas las flores, y la lluvia
y la luz del sol!

Pero que en este país se habla de las flores
mientras se comen los frutos, eso
¿quién lo dice?