Era un edificio de pánico
con paredes de besos cobardes.
El estilo de la pintura al fresco
era la compasión.
No estaba habitada y eso era lo más terrible.
Era el lugar de una espera sugerida. Alguien
abominable será el primer ocupante y tiemblo
con la posibilidad
de ser
yo.
Me alejo, pero ese lugar no parece saber de distancias.
El pánico será desde ahora un edificio.
La compasión pinta los frescos de sus salas.
Procuro alejarme de mí mismo cuando quiero sentir
que sigo sintiendo lo que siento.