lunes, 1 de agosto de 2011

Sísifo

Podríamos mover cuerpos y leyes,
piedra por piedra, hito por hito, palabra por palabra,
y así hora tras hora, año tras año,
cambiando la eternidad de sitio en sitio;
hasta que un día, o una noche, decidamos
morir.
Nuestras víctimas nos envenenarán
con el instante de la invulnerabilidad.
Fácilmente el rey no encuentra sus zapatos.
Detrás de tu cuerpo viene el universo que has andado.