jueves, 24 de marzo de 2016

Acequia

     I
Cuando nadaba
de muro a muro en la piscina, pensaba en ti.
Cuando caminaba
rizando nudos por callejones imaginarios
de mi casa hasta el centro y de vuelta hasta
mi casa, pensaba en ti.
Cuando conducía
tirando del paisaje que es la piel de esta tierra
hacia un atrás que jamás habría de visitar
obviado medio o fruto del viaje escuchando
la música que arbitraria sobaba el en momento,
pensaba en ti.

     II
Y eras tú, sin duda, quien pilotaba mi cuerpo,
como ahora en este instante mis ojos que obvian
y mis labios como singular argonauta, cada músculo
que aspira con esfuerzo a conocer el corazón. 

     III
¿Por qué crees que te amo?
Tú que realmente
ocupabas una esquina en el buzón,
buzón que realmente
era un delirio de imagen en mi educación,
educación que realmente
iba muriendo contigo para que fuera,
no sé, otra cosa.
¿Por qué crees que te amo?

     IV
La razón de tu respuesta
exigirá que fundemos
una nueva psicología
que nos sirva esta noche.