domingo, 31 de enero de 2016

Salmodia

Los que escarban la mística entre cuentas bancarias,
está muy de moda,
y vuelven a los bares, a los cafés, a los citypubs,
con las emocionantes anécdotas que cambiarán los mapas,
-el ritmo se presupone en las calles de tu cuerpo-
esos pudieran ser amigos nuestros, camisas y bolsillos.
Los que escarban,
los que raspan con precisión la superficie de los conceptos,
la máscara que tú y yo sabemos que sólo tiene
superficie, sólo es superficie, sólo existe superficie,
-el ritmo se supone en las fabules  de tu cuerpo-
esos pudieran ser amigos nuestros, camisas y bolsillos.
Escarban la mística para fines no teleológicos,
con precisión sencilla, directa, no minuciosa.
Si me distraigo y me corro, perdón, si me demoro
y caemos juntos en una destrucción espiral o concéntrica,
perdón, si esto (el detalle o el globulum)
se alarga sin ritmo, perdón, pudieran ser
amigos nuestros.

sábado, 30 de enero de 2016

Gloria interpretativa

Escondido en mi cubil,
en este lodazal de civilizaciones,
finjo no ser objeto de intención,
finjo vivir en ausencia de deseo,
finjo no ser peón en estrategia alguna.
A veces como y es sólo política.

Yo soy el gran depredador,
Yo soy el terrible fantasma,
Yo soy el cuchillo mágico,
que talla sus huellas en los cuerpos,
que siembra los abismos de pasado,
que, clavado en la piedra, permanece.

viernes, 29 de enero de 2016

Esta es mi enfermedad

Esta es mi enfermedad:
Señalan el cariño y veo biología.
Dicen ¡EMOCIÓN! y se me viene el instante.
De la materia, es
ilusión. De la memoria,
me vienen con cuentos.

El síntoma no se somete al dictado del tiempo.
A las curas les gusta
bromear y el bien
baila con el cambio.
El tratamiento insiste en marcharse a vivir
contigo. Me desespero en convencerme
de que no:
que este
es mi cuerpo; pero no soy eficaz.

Quiero pensar lo que no ha sido pensado y falto.
Cuando toco, sueño y, cuando sueño, me trastoco.
Quiero mirar el mundo y solo veo vocabulario.

Creo en mi enfermedad,
pero puedo equivocarme.

jueves, 28 de enero de 2016

Discurso racional

Esta ciénaga se mueve. Está
en movimiento. Y no al modo
del café en la taza de los días,
del reflujo en el espejo de mis tripas,
no: va en curva inimaginable,
en surtido de direcciones,
en ausencia de sentidos.
Si alguna vez se cruza consigo misma
es culpa del tiempo.
El frío de su marrón humedad 
será culpa del tiempo.
La tierra, la sangre, la culpa y el tiempo

se mueven. Se mueve;
conviene recordarlo.

miércoles, 27 de enero de 2016

Trabalenguas humano

El todo del hombre es un lodo ordenado
y el toro del nombre es un coro drenado.
En esta frivolidad me enmascaro miserable.
En esta futilidad desbarato deleznables.
El hombre no ha de durar.
El nombre no ha de curar.
Y al otro lado del velo, la mujer
¡qué tendrá que ver!

martes, 26 de enero de 2016

Sed

En este erial el humor
se quema antes de que brote.
Esto es porque el viento
arrastra sus preguntas
sin ironía. Miento:
Claro 
que la hay; pero, es tanto el ruido
y el aire, no permite escucharla.
El demonio del viento 
(                              ) murmura 
palabras de amor en mi oído.
Ya ha convencido a mi piel, pronto a la sangre
y los huesos. Músculo y cerebro no necesitan
sofisticados argumentos. El viento arrastra
secando en arena el barro de las ideas,
licuando en lodo la sequedad de las palabras,
sus impúdicas posturas por el erial.

Bajo el subsuelo, insiste, insiste la risa. 

lunes, 25 de enero de 2016

Del loto, de la idea, del amor

Insectos, hermosos zumbidos, brillantes corazas,
sacáis a la intemperie, céleres drones, armaduras
de vanguardia, , ,
mientras blandas, gordas y hambrientas dejáis
a cobijo vuestras larvas.
Armas que vuelan, fantasmas que reptan.
Comen y sueñan esperando la transformación.
Luego, trabajo, sexo, muerte.
Pero, , , ¿y si por esta comedia de los tiempos
no hubiera sueño alguno en su fatigoso runrún?
Y si lanzaran, céleres drones, al charco
del mundo su nutrición perpetua, ciegos,
delirantes
asesinos, sicarios, iscariotes.