domingo, 2 de octubre de 2011

Sin el más mínimo respeto por las cosas
con tal de borrar la suciedad.
Ni las personas.
Ya sólo finjo en aquello con que me engaño a mí mismo.
¡Ah, gente necesitada! Gente que se aferra a su idea,
que quiere mover las cosas al ritmo que bailan sus ideas.
Mueven sus ojos en la dirección que marcan sus ideas.
Mueven sus manos en la dirección que marcan sus ideas.
Y así podrían seguir, hasta que me encontraran:
pues, ¿qué puede saber nadie de la necesidad?
Nada permanece, sino que sigue, y seguir
es casi un movimiento. Bien mirado, no hay
sueño más estático que el delirio de persecución.
Cuando me desperté estabas lejos, y tus caricias
fueron la manera en que acudí a buscarte.

Hasta la Muerte

Tus sonrisas son órdenes.