Tal vez necesite un compañero. Lo que me dice este confidente, falso o no, me enreda, me confunde. No sé cuánto de mí se avanza para que llegue donde él ya tenía previsto. Con un amigo comentaría sus planteamientos, los podríamos en común, él me mostraría lo que no cuadra de mí con él y con el confidente, y yo, a través de él, haría lo mismo conmigo.
Pero tal vez ya habían previsto esto, y el hombre en el que ahora confíe podría estar ya adiestrado, dispuesto como una pieza más en su complejo plan de fuga. ¿Podría acaso mantener un doble juego más? Tanteando como si ninguno de los dos supiera el doble juego del otro?
Pero tal vez ya habían previsto esto, y el hombre en el que ahora confíe podría estar ya adiestrado, dispuesto como una pieza más en su complejo plan de fuga. ¿Podría acaso mantener un doble juego más? Tanteando como si ninguno de los dos supiera el doble juego del otro?