miércoles, 21 de agosto de 2019

Un poema fácil

Ya están aquí los cielos colosales de agosto.
A mi alrededor, miles de objetos se
apelmazan reivindicando su estilo
propio. Los ojos buscan
la última moda en discusiones, alivios, temas.
Pero esta bóveda sigue fiel a sus ritmos
y armonías sobre nuestras efímeras cabezas.
El planeta arde. Los mares se encharcan.
El suelo no ha pedido ser nombrado.
Cuando falten los pájaros,
sobre qué se sostendrá
la ambiciosa sordera de los poderosos.
Piensan los pensamientos en su verano inagotable.
Esta noche dormiré solo, pero ojalá
a mi lado latiera tu perdón
como un placer no nombrado.