viernes, 15 de abril de 2011

Pesar de sí mismo

Era nuevo, original, con ese aroma inconfundible a triunfo.
Salieron a celebrarlo, bebieron toda una noche en cualquier bar.
Tanto que se olvidaron de comentárselo a alguien.
Estaban deslumbrados, con las aplicaciones, el potencial, las ópticas posibles.
Reían y soñaban a carcajada limpia
los inventores
del pesimismo.

1 comentario:

ohsinopeus dijo...

...por fin algo que pudiera hacer frente al monopolio de la esperanza (de la que cuentan que cuando se enteró, buscó un puente donde lanzarse).