domingo, 24 de abril de 2011

El poema se perdió, pero de él quedaron sus efectos.
El poeta se perdió, pero de él no quedó nada.
Y se perdió algo más, y quedó algo aún menos que nada:
quedó la necesidad y su importancia.

3 comentarios:

Susan Urich Manrique dijo...

Me quedo con esta alergia, me la quedo, me la guardo en el bolsillo. Un saludo.

Abraham dijo...

alergÍas

Susan Urich Manrique dijo...

Sí, sí, disculpe usted.