No sólo el Cielo perforado
sino este metal teñido de recuerdo.
Por un momento desaparece
y en el vacío reaparece
igual y ese momento
no te pertenece,
no sabes nada de él.
Tal vez sea cierto
que ni siquiera existe,
ni el vacío, ni tú, ni el metal, ni el momento.
Y tú seas el cielo perforado de recuerdo
que no te pertenece.
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