¿Qué te tienes prohibido?
Te tienes prohibido los juegos de palabras.
Te tienes prohibido dejarte arrastrar por la semántica.
Hace tiempo prohibiste el exceso de repetición,
el rigor funcionalista y el despliegue ornamental.
No ser depresivo ni babear por la alegría.
Y ese amor a enumerar: prohibido.
Y ese gusto por el laconismo explosivo: prohibido.
Sé original, expón abiertamente tus defectos.
La exageración de tu sistema inmunitario
que te hace intolerante a la perfecta disciplina.
1 comentario:
Bueno, al final la literatura se trata, precisamente, de ser honesto.
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