No ejecutes en el rey tu venganza, sino en su pueblo.
Pero no dañes al pueblo, sino a su ganado.
Siempre que no pises el ganado, sino su sombra.
Y si la sombra cubriera tu pie, haz de tu pie el blanco de tus insultos.
Y si te sintieras insultado, herido por ti mismo,
da por bien ejecutada entonces tu venganza.
Transmite luego la noticia al rey,
al pueblo, al ganado, a su sombra, al pie
que ha de llevarte hasta el vacío lentamente.
5 comentarios:
Pero no olvidemos que es el rey (el poder) el auténtico administrador de venganzas.
Salud
Francesc Cornadó
Interesante, Francesc. Así que te sientes rey cuando avivas tus deseos de venganza. Interesante.
Amigo Abraham, todavía no he encontrado a nadie de quien vengarme, debo ser insensible pues no conozco a nadie que merezca mi venganza.
Salud
Francesc Cornadó
Ya, ya...
¿Y cuándo dices que te canonizan?
A los no sensibles no se nos puede canonizar. Somos como una alpargata, algo acartonado y en estas condiciones no se va ni al cielo ni a ningún sitio, una pura desgracia, amigo Abraham.
Salud
Francesc Cornadó
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