Y aún no reconocen el amor como un arma.
Con cuánto salvajismo lo dejan al alcance de los niños.
Y siguen ideando pancartas reivindicativas sobre el suelo,
la higiene, el dinero y la energía.
Como si no hubiera hambrientos de amor,
enfermos, pobres, muertos de amor,
entre tanto corazón maleducado.
2 comentarios:
Qué triste y qué cierto.
Brillante.
La idea, la construcción, la forma.
Brillante.
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