Pues sí, la estupidez es grande
como un caballo de guerra;
como una bestia entrenada para ganar todas las batallas;
como un blindado motor
capaz de atravesar cualquier alambrada;
como un acorazado cuyos cañones acosaran
los puertos a ambos lados del Atlántico
y sobre el que se entonaran loables cantos épicos;
como un soberano avión, titánico, colosal,
que transportara trenes, barcos, caballos y tanques
siempre por pares;
como un transbordador
que nos lanzara al espacio.
1 comentario:
Y más... Un gran abrazo.
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