Ciertamente, no es este el lugar ni la hora de la cita.
Cuando recibas esto sabrás que te he dejado marchar.
No hay duda, posiblemente a veces me acuerde de ti;
pero, y hoy ya, tendré la mente ocupada en quién
sabe qué cosas (es absurdo imaginarlas).
En verdad, ambos sabemos, que llegada la hora
será tu amor, será tu amor, quien nos haga encontrar.
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