No es molestia, sino ese patético abandono con el que la oscuridad se empeña en rodearnos. Pues cuando éramos fruto de la obediencia, ¿qué habíamos de hacer?; sino escapar, rebeldes, de las tinieblas Y ahora, que por fin nos ilumina el sol con sus rayos, ¿qué hemos de hacer?; sino elevar encima de cada instante una estrella.
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