A un palmo tu cuerpo nunca estará más lejos.
Estés donde estés, te quedas, cerca,
en el pensamiento. No es la distancia,
ni la palabra lo que nos une o nos separa.
Los objetos, unos tras otros, ¿cuánto
están lejos, unos de otros? De los objetos,
¿cuántas conversaciones se tejen en ellos?
No soy yo quien dialoga con ellos, entre ellos.
No soy yo quien los mide y los pesa, con sus palabras,
para llegar a ti, que eres lo que se escapa
en mi querido pensamiento.
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