Tengo un átomo de luz
guardado en la cartera.
No puedo sacarlo entero
por sus terribles consecuencias.
Un trozo es para el fabricante
de este corazón que lleva
mis piernas por el mundo.
Varios a repartir entre los que barren
mis huellas entre otros.
Otro para ti, mujer,
si es la luz lo que vale tu compañía.
Con el cambio trazaré
direcciones y sombras.
Y apenas si me queda para pagar el cuchillo
con el que he de partir.
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