En mi memoria aún revolotea tu sonrisa
y en el paisaje sueñan las alas de tus palabras.
Quisiera, entre el griterío de la multitud que anuncia sus colores,
afinar el oído a la exactitud de tu voz.
Es lo justo. Quiero,
y mientras me hablas
¡qué pesados los cuerpos!
1 comentario:
muy hermoso
tu poesía tiene la capacidad de vivir
y qué dificil que la metáfora adquiera el espacio
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