No será, ausente
de tesoros hundidos en los sueños
como barcos que encierran cofres encerrados
en imposibles camarotes, rebosantes de monedas
con rostros grabados
–(¿?), madre, dirección, fantasma, padre–
que son en realidad
pasillos, recuerdos, rutas, economías, mapas y viajes,
sino sólo una historia, sólo una historia,
mi corazón pendiente de tus labios,
tan difícil.
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