Hasta cuándo, hombre, vas a seguir encerrado en la idea
de tiempo. Puedes pasarte horas y horas abrazando
ese barrote del infierno. Y tú sabes
lo que es una hora en el infierno: un valle
desde tu nacimiento, en la ciudad segmentada
por la selva, o la colonia frustrada en el planeta
vecino, repitiendo el día que descubriste
que no hay tiempo material para otra vejez.
Cuando aplaudes, tus manos coinciden en el espacio.
Lo demás es puro sentimiento.
1 comentario:
(mis manos coinciden en el espacio)
fascinante
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