Vienen a entrar en mi casa y mi ciudad,
en el pequeño dedal por las ventanas
hasta el incendio que desaté para que
entre tú y yo no hubiera -a quién se lo darán-
nudos guardados; pero vienen, lo arrebatan,
se lo llevan por partes me destrozan
las paredes. Y todo debido
a la caída
de los precios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario