Estoy mudo porque mamá no habla y estoy
ciego porque mamá no quiere mirar.
Aquí me quedo a solas con el olor de esta mucosidad variable,
con la lúgubre calidez de las vísceras,
la espasmódica tersura de la piel.
Y si me tocas seré mujer.
Y si me haces abrir los ojos te veré y te querré.
Y digas lo que digas será, para ti y para mí,
el primero de los comienzos.
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