No puedo escribir de tanto que te espero.
¿Cómo era?
Salto de edificio en edificio, son siempre
los del barrio pero nunca los mismos.
Y siempre esa sensación de que antes
era mucho más fácil, que entonces sí
pude verte aunque tú no sabías nada.
Hay partes de mí que aún no te conocen;
cómo tengo acceso a ellas aún no lo comprendo.
Allí donde arde el derrumbe allí
es donde quiero. Este vacío, misteriosa obviedad,
tiene sus límites, porque sólo a ti y a mí
nos incumbe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario