El cielo ha olvidado repartir por la tarde sus sombras.
El suelo no atiende como de costumbre, está desconcertado.
Las pisadas no saben ya a qué pie pertenecen.
Yo he olvidado tu nombre. Mi propio corazón
lo he visto abandonarme en busca
del conocimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario