Si y sólo si te convenzo de que seamos libres.
Por más que digan no está el valle preparado.
Miro la yema de mis dedos que sueñan con tu cuerpo arado
por los dedos de otro, tan suavemente como es fino el filo
de mi dolor. Tan convencional, tan poco auténtico.
Si y sólo si la sangre va moliendo esperanza
allá por donde vaya. No como nos tienen
acostumbrados los que suelen hablar de nuestros
agrietados por océanos besos.
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