En realidad pasaron las ideas y quedaron los hombres.
Hablé contigo y por un momento no habías nacido nunca.
En realidad pasaron los hombres y quedaron los años.
Y si todo fuera un patio en cuyo centro una fuente
en torno a la cual jugamos heridos de las manos.
En realidad pasaron los años y quedaron las manos.
Cuando me subiste en tu cuerpo porque estaba cansado.
Cuando nos jugamos la vida siendo desconocidos.
Cuando puedo leer aún todos los surcos de las despedidas.
En realidad pasaron las manos y quedaron los roces.
Casi llego a amarte. Invertí serios momentos de mi juventud
aprendiendo asuntos humanos, detalles, discusiones.
Ponías a prueba mi corazón. Probabas mis ganas.
Y casi llego a maestro de este arte de estar interrumpido.
En realidad pasaron los roces y quedaron los sueños.
Estaba uniformado como el océano para ti y tú lo recibiste.
Hubo cocina y hubo ropa. Medicamientos sembrados.
Trajo un trámite que decía: "perdón por el retraso".
Y en ese momento cerraste una alacena y diste un beso.
Yo me escabullía procurando no hacer ruido con mi sonrisa.
Se me quedó este sueño. Se me quedó este sueño.
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