Si encontráramos la clave de todos los
enigmas, quedarían perfectamente estructurados.
Qué bonito, los arcos sobre los arcos
bordeando huecos, los enigmas, construyendo
encuentros firmes, romanos, estables.
Qué emocionante la estrategia
de sus brutales conflictos, comprensibles,
analizables. Si encontráramos la clave
bien asentados, sí, todos estos
me aburres, no vivo sin ti, deseo
hacerte daño, mírame, deshazme.
Sabríamos por qué nos sentimos perdidos,
por qué malgastamos el tiempo en inventos,
sin necesidad de ir improvisando el valor
de cada importancia.
(nos moveríamos como sombras entre los arcos
sintiendo tan solo, hablando)
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