Tienes que irte porque el día tiene sus reglas.
La distancia es un no, no del todo insalvable.
Pero la única distancia auténtica es el tiempo;
y si vivimos en este presente que va removiendo
recuerdos que bailan y se superponen
como en aquellos antiguos caleidoscopios,
entonces ¿qué distancia es esta?
Tienes que irte, sí, porque el día contiene
su reglas y yo te veo salir de la cama, zafarte
del sueño, de las sábanas, los sueños y mis brazos;
o es un recuerdo, o es mi imaginación, o alguien
que interpreta no correctamente estas palabras
porque el no es una distancia hace tiempo
insalvable.
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