Durante un tiempo, no hubo palabra
tuya que no fuera una promesa y tu cuerpo
el cumplimiento de cuanto predijo la cultura.
Que las calles se orientan a tus pasos.
Que el color se pierde en la línea de tus gestos.
Que el movimiento es miedo
en la medida que arrebata los besos
de la noche de amor.
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