Aquí me tienes
atado con tus brazos.
Hasta las muñecas desnudos de civilización.
Hasta los nudillos desnudos de barbarie.
En los dedos ha de crecer la ciudad y el lenguaje.
Aquí me tienes
atado con tus labios.
Tu deseo es un recuerdo o una sospecha.
Tu deseo prestado y otorgado en relevo.
Producto o residuo de tu ilusión, eso me veo.
Aquí, en este marco,
en este espacio,
en este secreto momento en el que vuelves
saboreando el enigma de la representación.
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