Una prisión de asuntos trascendente
vive su antítesis en fina tesitura:
a este lado personas son sin tiento,
pero en el otro están tocando un pensamiento;
y sintiendo que juego de costado,
y a riesgo de enrocarme en la figura
lanzo mi anzuelo de pecado incandescente
a este nido de grillos abocado.
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