Cada paseo trenza su cadena
de pasado infinito. Miento: clava
una línea en el agua que se traba
entre las ondas. Falso: se envenena
con pisadas de fuego su gehena.
Es un engaño: sabes que estudiaba
cada paso en sus ecos. No: se graba
cómo fue, cómo pasa, cómo suena.
Esta tela es un cielo que se expande:
unos surcan su vuelo y en deseo
dejan de luz preñada la memoria.
Otros piden, en cambio, que desande
los ritmos y los puntos que poseo.
Ilusoria grafía transitoria.
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