Si le hablas del pasado
a un extraño, te dirá:
“Así. Por eso. Esa es tu causa”.
Si le hablas del pasado,
ese mismo, a quien estuvo allí,
te dirá: “No. No fue así”.
Nadie tan amigo como quien
estando en tu pasado aún
te dice: “¡Ah, sí, así fue!”
Nadie tan enfadoso como el
extraño que te recuerda:
“No es esa tu causa”.
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