Un hábito parecido al de matar
bacterias era quemar
brujas, mujeres, y entronizar
arcanos
hechiceros, hombres, en absoluto
más inteligentes. Si había latigazos,
era por higiene. Como podar rosales
es declarar las guerras. Hoy
por aquí, mañana por allá,
para que la espina no crezca en dirección de la culpa
y los tallos engorden en dirección de la rosa.
Exactamente igual, no ha diferencia,
que una cisterna, un tanque, un frigorífico,
para alta diversidad de residuos (ellos, nosotros)
son algunos continentes, antes geográficos,
hoy trágicas escenas que aquí pierden su ritmo.
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