Llamado a perder el equilibrio
antes un traspiés que un guiño
lanzado. El hombre le pide a la piedra
que tenga sed de piedra; pero la piedra
desobedece y ofrece su hambre humana.
Se tarda tanto en despertar, en reponerse
del castigo del amor y el entusiasmo.
Se erosiona tan rápido el órgano
de la visión, llega tan corto el oído
Pero el odio es largo; la envidia, interminable.
Y antes de que termine el texto,
mediada la incomprensión,
ya nos ha hablado
el olvido.
viernes, 21 de septiembre de 2018
Ars longa, vita brevis
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