El soniquete de moda
pasa y luego incomoda.
La delicia de un tiempo es la vergüenza
de otro. Las palabras
más cercanas pronto se pierden
junto con los objetos que representaban.
El sonido de los clásicos, la naturaleza,
la condición humana, quién
dará con ellos.
El tarro preciado de las esencias,
robado, ancestral, prohibido, vital, perdido,
quién lo abrirá y quién sabe
qué idiomas saldrán despedidos
de esa fruta probada.
Quién
encontrará palabras tales que pudiera
escribirlas en un fuego perenne
que nunca las consuma.
martes, 19 de febrero de 2019
Consumismo
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