El viento sopla, suena, se mueve, mueve
las cosas, sin ningún significado.
El agua que hierve carece de intención.
Palabras y discursos salen del repertorio
sin saber. A veces vienen por los objetos.
A veces vienen por la costumbre. Y no es
nada fácil
posicionarse en el sonido real, la inercia
exacta, el objeto final diciendo lenguaje,
y salir de ahí habiendo rescatado
un poco de memoria.
1 comentario:
Y que la memoria no nos falte. besos
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